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“Infinita tristeza late en mi corazón/ infinita tristeza escaldada pasión/ infinita pobreza tu sombra en la pared/Infinita tristeza viento de Washington”
Manu Chao
Creo que este artículo no merece un título. Iba a escribir sobre este tema el 24 de marzo, con respecto al comienzo de la dictadura militar de 1976 pero me pareció una pavada hacer eso. Eso es lo que pasa siempre, hay determinados temas de lo que sólo se habla en determinadas ocasiones, en fechas dedicadas a su conmemoración. La semana pasada sentada en el piso de la facultad volví a ver colgada una foto de Julio López, dos días más tarde en el trabajo un compañero llevó un panfleto sobre la reconstrucción del centro clandestino de tortura, “El atlético” y el jueves vino Manu Chao a refrescarme los pensamientos con su visita por Buenos Aires, demasiados motivos para que hoy escriba sobre nuestra realidad.
Estaba en pleno recital de Manu Chao cuando de repente reaccioné por un tema que cantó, que a pocos metros donde nos estábamos divirtiendo nosotros había funcionado un centro clandestino (la ESMA)y como consecuencia me sentí mal, con una impotencia y un rencor impresionante y me sentí aún peor cuando recapitulé que es siempre mediante alguna manifestación artística cuando yo reflexiono sobre la realidad. Son las únicas que me ayudan a no olvidar en qué sociedad estoy viviendo. Las únicas que me ayudan en mi lucha por no convertirme en una joven burguesa preocupada porque no llegó a comprarse nada esta última liquidación.
Me tuvieron que robar dos nenes en pleno centro porteño para empezar a ver a todos los chicos que, como sociedad, fuimos abandonando permitiendo que duerman en las calles y que se droguen porque no pudieron conseguir un techo o algo para comer. Les impusimos ese lugar desde que nacieron. Dejamos que se eduquen en la calle y que mueran por la droga.
Tuvieron que suceder cosas como la desaparición de Julio López, cuando ya creía que vivíamos en una sociedad libre de asesinos, se tuvo que producir una amenaza de bomba en el museo MALBA que no dejó que se estrenara la película “Gaby, la montonera” sobre la historia de la dirigente de Montoneros Norma Arrostito, protagonizado por Julieta Díaz, donde la proyección fue interrumpida por la Policía después de mencionar , según fuentes de la organización, una serie de "desperfectos técnicos" que impedían su continuidad.
Otra vez más me desilusiono. Me engañaron. Yo misma me engaño creyendo que la represión ya terminó. El pasado está más presente que nunca. Ellos caminan por estas calles con total impunidad, a la gente se la sigue tragando la tierra (por tortura, por prostitución o por venta de órganos) y yo, más egoísta que nunca, no hago nada. Somos culpables, somos totalmente responsables de lo que nos sucede como sociedad. “Asesinos de conciencia devuélvanos la primavera” dijo Manu Chao mientras daba su recital, no dejemos que se apropien de nuestros pensamientos, de nuestros sentimientos más profundos.
Si es necesario volver a ver aquella película o escuchar esa banda o leer aquel libro que te reviva la conciencia. Hacelo! Hagamos algo para recuperar nuestra conciencia social y así poder ayudarnos entre nosotros, nuestros hermanos nos necesitan y nosotros a ellos. Por nosotros, por nuestras generaciones futuras, hagamos algo.”Algún día volverá la primavera, y el imperio caerá”
“Infinita tristeza late en mi corazón/ infinita tristeza escaldada pasión/ infinita pobreza tu sombra en la pared/Infinita tristeza viento de Washington”
Manu Chao
Creo que este artículo no merece un título. Iba a escribir sobre este tema el 24 de marzo, con respecto al comienzo de la dictadura militar de 1976 pero me pareció una pavada hacer eso. Eso es lo que pasa siempre, hay determinados temas de lo que sólo se habla en determinadas ocasiones, en fechas dedicadas a su conmemoración. La semana pasada sentada en el piso de la facultad volví a ver colgada una foto de Julio López, dos días más tarde en el trabajo un compañero llevó un panfleto sobre la reconstrucción del centro clandestino de tortura, “El atlético” y el jueves vino Manu Chao a refrescarme los pensamientos con su visita por Buenos Aires, demasiados motivos para que hoy escriba sobre nuestra realidad.
Estaba en pleno recital de Manu Chao cuando de repente reaccioné por un tema que cantó, que a pocos metros donde nos estábamos divirtiendo nosotros había funcionado un centro clandestino (la ESMA)y como consecuencia me sentí mal, con una impotencia y un rencor impresionante y me sentí aún peor cuando recapitulé que es siempre mediante alguna manifestación artística cuando yo reflexiono sobre la realidad. Son las únicas que me ayudan a no olvidar en qué sociedad estoy viviendo. Las únicas que me ayudan en mi lucha por no convertirme en una joven burguesa preocupada porque no llegó a comprarse nada esta última liquidación.
Me tuvieron que robar dos nenes en pleno centro porteño para empezar a ver a todos los chicos que, como sociedad, fuimos abandonando permitiendo que duerman en las calles y que se droguen porque no pudieron conseguir un techo o algo para comer. Les impusimos ese lugar desde que nacieron. Dejamos que se eduquen en la calle y que mueran por la droga.
Tuvieron que suceder cosas como la desaparición de Julio López, cuando ya creía que vivíamos en una sociedad libre de asesinos, se tuvo que producir una amenaza de bomba en el museo MALBA que no dejó que se estrenara la película “Gaby, la montonera” sobre la historia de la dirigente de Montoneros Norma Arrostito, protagonizado por Julieta Díaz, donde la proyección fue interrumpida por la Policía después de mencionar , según fuentes de la organización, una serie de "desperfectos técnicos" que impedían su continuidad.
Otra vez más me desilusiono. Me engañaron. Yo misma me engaño creyendo que la represión ya terminó. El pasado está más presente que nunca. Ellos caminan por estas calles con total impunidad, a la gente se la sigue tragando la tierra (por tortura, por prostitución o por venta de órganos) y yo, más egoísta que nunca, no hago nada. Somos culpables, somos totalmente responsables de lo que nos sucede como sociedad. “Asesinos de conciencia devuélvanos la primavera” dijo Manu Chao mientras daba su recital, no dejemos que se apropien de nuestros pensamientos, de nuestros sentimientos más profundos.
Si es necesario volver a ver aquella película o escuchar esa banda o leer aquel libro que te reviva la conciencia. Hacelo! Hagamos algo para recuperar nuestra conciencia social y así poder ayudarnos entre nosotros, nuestros hermanos nos necesitan y nosotros a ellos. Por nosotros, por nuestras generaciones futuras, hagamos algo.”Algún día volverá la primavera, y el imperio caerá”
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